Joseph Défago es uno de los protagonistas de el relato El Wendigo de Algernon Blackwood.
Descripción[]
Défago era un hombre grande y corpulento con una gran sensibilidad hacia la naturaleza; se dice que tenía un gran conocimiento sobre los bosques y que le encantaba cantar canciones de caza. Era muy supersticioso y el aspecto más negativo de su conducta era su bipolaridad: pese a que normalmente era radiante y pasional, al momento, se volvía pesimista y depresivo, evocando recuerdos al parecer dolorosos.
Historia[]
Joseph Défago nació en Quebec pero, con el tiempo, se vió obligado a mudarse a Rat Portage (actual Kenora, en Ontario) en una fecha desconocida comprendida entre 1881 y 1885, coincidiendo con la fase de construcción del Canadian Pacific Railway. Fue su amigo Hank Davis quien le propuso como miembro de la desastrosa partida de caza dirigida por el Doctor Cathcart.
Défago, durante la batida, fue destinado junto a Simpson Cathcart, sobrino del Doctor, a revisar el Lago de las Cincuenta Islas, un lugar temido en el que se decía que vivía el Wendigo. Una noche, tras haber acampado allí, Défago desapareció, siguiendo la llamada de una extraña entidad. Simpson corrió tras las huellas del mismo pero no encontró a Défago ni a la entidad. Más tarde, regresaba al campamento principal a buscar ayuda para encontrar a Défago y, cuando este fue hallado, presentaba unos rasgos completamente deformes, aunque lo que más sorprendió a Hank y al doctor Cathcart fueron sus pies, que este último cubrió para que Simpson no los viera. Hank se negó a reconocer la nueva apariencia de su amigo y Défago se marchó hacia el bosque. Finalmente, cuando los tres volvieron al campamento principal con intención de regresar a casa, se encontraron con alguien a quien Hank reconocería como "el verdadero Défago", pues este sí tendría su aspecto habitual y no aquellos terroríficos rasgos. La sorpresa les inundó cuando descubrieron que su amigo había perdido la memoria por completo, era incapaz de articular una sola palabra y sólo comía musgo. Défago fue llevado a su hogar, donde murió unas semanas más tarde. Ahora quedaba más claro que nunca: Défago había visto al Wendigo.
Teoría[]
Es posible que el Wendigo separase el cuerpo y el alma de Défago. De este modo, el primer Défago, semejante a la bestia, sería la mente y el espíritu de Défago alojados en un nuevo y monstruoso cuerpo, mientras que el segundo sería el cuerpo vacío de Défago que, carente ahora de alma, no era más que un despojo inútil.