Los hijos de Shugoran son unas criaturas que aparecen en el relato Un negro con un saxofón de T. E. D. Klein. Sirven como mediadores entre los tcho-tcho y su dios Shugoran.
Apariencia[]
Durante el día, los hijos de Shugoran tienen el aspecto de hombres negros normales, pero por la noche se convierten en unos hórridos humanoides de tres metros, dotados de pies y manos palmeadas y de una larga trompa.
Información conceptual y rol[]
Según el relato, los tcho-tcho escogen a sus heraldos entre aquellos miembros de la tribu que poseen unas características determinadas; estas deben abarcar desde ser negro hasta medir más de dos metros. Probablemente, una vez seleccionado el candidato, será llevado a la selva y allí entrará en contacto con Shugoran. Este le otorgará parte de sus poderes y se adueñará de su mente para, acto seguido, enviarlo de vuelta a la aldea. Tras esto, el iniciado pasa a ser uno de los "hijos de Shugoran" y adquiere la capacidad de transformarse por las noches en una versión reducida de su dios.
Los hijos de Shugoran son venerados y reciben los sacrificios en nombre de Shugoran. Si están satisfechos, pueden acceder a ayudar a sus devotos a castigar afrentas o a acallar a aquellos que saben demasiado. Los hijos de Shugoran pueden viajar para ello a cualquier parte del mundo (siempre acompañados de algún devoto que les sirva de intérprete) y, una vez que localizan a su victima, la atacan por la noche y la succionan toda su sangre usando su trompa. Tras esto, proceden a deshacerse del cadáver.
Relatos[]
Obras de T. E. D. Klein[]
Un negro con un saxofón[]
Relato del que procede esta criatura y en el cual se da la mayoría de información sobre la misma.